La actividad permitirá medir la temperatura de las plantas y del suelo de grava de mármol dentro de una maqueta de un invernadero hortícola mediante imágenes termográficas y las concentraciones de H2O y CO2 y la velocidad del aire mediante anemometría sónica.

En esta actividad se pretende mostrar el uso en agricultura de tecnologías científicas avanzadas normalmente utilizadas en otros ámbitos de la ciencia. La Dinámica de Fluidos Computacional (CFD) que usamos para modelizar como se mueve el aire dentro de los invernaderos es utilizada para el estudio de la aerodinámica de aviones o coches de Fórmula 1, y es conocida por la ciudadanía por su empleo en las predicciones meteorológicas que vemos en los programas informativos del tiempo. La termografía es una técnica aplicada en ámbitos como la medicina y ha saltado a la actualidad con la pandemia COVID-19 donde ha sido utilizada de forma masiva para detección de personas con fiebre. Su uso en agricultura permite detectar situaciones de estrés térmico en los cultivos. Finalmente, la anemometría sónica es un sistema de medida de la velocidad del aire a alta frecuencia que permite calcular la turbulencia del viento. Este tipo de sensores se utilizan en meteorología o en aplicaciones de precisión como la medida de la velocidad del viento en competiciones de atletismo para poder validar las marcas de los deportistas. La utilización conjunta de un anemómetro sónico triaxial junto con un analizador de gases de infrarrojos permite calcular como se mueve el aire, el vapor de agua y el CO2. Mediante la técnica de covarianza de torbellinos este sistema permite medir la transpiración y la fotosíntesis de los cultivos.

Mediante el uso de la maqueta de invernadero se podrá comprobar el efecto de barrera a la radiación infrarroja de los materiales de cubierta plástica mediante la visualización de imágenes con la cámara termográfica. También se podrá observar el efecto de resistencia aerodinámica que producen las mallas anti-insectos colocadas en las ventanas de los invernaderos. La maqueta puede funcionar por ventilación natural o forzada, y además cuenta en uno de sus laterales con un panel evaporativo. De esta forma se puede medir el efecto refrigerante que produce la evaporación del agua del panel comparando de forma sencilla la temperatura del aire antes y después de su paso por el panel evaporador. También se mostrará el efecto de refrigeración pasiva que produce el uso de un acolchado de suelo mediante grava de mármol blanco en el suelo del invernadero, con un alto poder de reflexión de la radiación solar.