En este taller vamos a aprender a extraer una muestra de un árbol que nos permita leer sus anillos, con un extractor que se llama barrena de Pressler, vamos a dibujar el cronograma (la historia de su crecimiento a lo largo del tiempo) de un árbol, y a partir de él identificaremos algunos eventos climáticos que éste nos cuenta. También observaremos otros instrumentos que permiten estudiar el crecimiento de los árboles, como los dendrómetros de banda o los dendrómetros electrónicos.

En este taller vamos a presentaros una ciencia llamada dendrocronología (etimología: dendron, árbol; cronos, tiempo), que nos permite conocer la edad y el crecimiento de los árboles a través de los anillos que aparecen en su madera. Los fustes de los árboles, con sus anillos diferenciados, encierran mucha información muy valiosa que vamos a tratar de descifrar en el taller. El crecimiento de los árboles está por ejemplo muy relacionado con el clima, y en nuestro país hay árboles de más de mil años; la historia climática de ese milenio está contenida en los anillos. Si pensamos que las primeras estaciones meteorológicas se instalaron a finales del siglo XIX o principios del XX, podemos comprender el gran valor que tiene una reconstrucción climática de un milenio. Los “mapas” de anchura de anillos de crecimiento o cronogramas son también muy valiosos para datar maderas históricas: una muestra de madera de, por ejemplo, un edificio histórico, puede datarse (conocerse la fecha en que se cortó el árbol, la especie e incluso en ocasiones el área geográfica) gracias a la información escrita en sus anillos. Incluso la dendrocronología se ha utilizado para conocer qué factores ambientales (grandes sequías, grandes lluvias, incendios…) contribuyeron al declive de civilizaciones.