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El uso de los vehículos marinos no tripulados en el estudio y protección de los mares
Cádiz
27/09/2024 18:00
El taller de manejo de ROV (vehículo operado remotamente) ofrecerá a los niños de entre 10 y 15 años, la posibilidad de manejar un vehículo de exploración marina en un entorno controlado. Los chicos y chicas, mediante un control remoto y guiándose por la cámara del vehículo, podrán guiarlo por el tanque de agua y efectuar pequeñas maniobras de ascenso, descenso, giros, así como localizar pequeños objetos sumergidos, filmarlos o manipularlos con un pequeño brazo articulado que posee el propio vehículo
Grupo/Departamento de investigación:
TEP-231, Corrosión y Protección / Ciencias de los Materiales e Ingeniería Metalúrgica y Química Inorgánica
Valor que aporta la investigación:
Los vehículos marinos no tripulados se han convertido en herramientas imprescindibles para avanzar en el conocimiento y la conservación del medio marino, proporcionando beneficios significativos para la investigación científica, la gestión ambiental, la educación, y la seguridad en el mar. Los vehículos no tripulados permiten acceder a profundidades y zonas remotas del océano que serían imposibles o muy peligrosas para los humanos, facilitando la exploración y estudio de ecosistemas marinos inexplorados. Permiten el monitoreo continuo y en tiempo real de parámetros ambientales y la detección temprana de cambios o amenazas, como el aumento de la contaminación, la acidificación del océano, y el impacto del cambio climático. Ayudan a identificar y proteger áreas críticas para la biodiversidad, como arrecifes de coral, manglares y áreas de desove de especies marinas, etc., cruciales para implementar medidas de conservación efectivas. Facilitan la investigación científica y la recolección de datos que contribuyen al conocimiento del océano. Además, los datos y las imágenes obtenidas pueden utilizarse para fines educativos y de sensibilización pública sobre la importancia de los océanos. Ayudan en la gestión de recursos pesqueros, la inspección de infraestructuras submarinas (como tuberías y cables), y la vigilancia de zonas de interés comercial, mejorando la eficiencia y sostenibilidad de estas actividades. Son además esenciales en la respuesta rápida a desastres marinos, como derrames de petróleo, naufragios y eventos naturales, permitiendo evaluaciones rápidas y detalladas de los daños y facilitando la planificación de las operaciones de rescate y limpieza. Y todo ello reduciendo el riesgo para los humanos y disminuyendo los costes operativos asociados con las misiones tripuladas.