El taller consiste en que los asistentes se pongan un traje que simula las características de una persona mayor (problemas de movilidad, visión, audición, etc.) que presenta como consecuencia del envejecimiento. Con el traje puesto tendrán que realizar algunas actividades habituales, como puede ser enviar un mensaje por el móvil, atarse unos cordones o pagar con dinero. Por otro lado, le haremos una batería de pruebas validadas de evaluación de la capacidad funcional antes y después de colocarse el simulador. Se busca así apreciar las sensaciones o dificultades que presentan las personas mayores para realizarlas y de las que la mayoría de la población general no es consciente, así como ver de manera objetiva como una persona tiene una capacidad funcional mermada para el desarrollo de las actividades de la vida diaria, y por consiguiente una merma en la percepción de calidad de vida. Para la evaluación de la capacidad funcional se usará una aplicación gratuita de la Organización Mundial de la Salud disponible en todas las plataformas. El valor de la actividad viene dado por la importancia que tiene que la población tome conciencia de los cambios asociados al envejecimiento y como afectan a las personas mayores en las actividades de la vida diaria (por ejemplo, pagar en la panadería o subirse a un autobús)