En la búsqueda de soluciones sostenibles para la restauración ambiental, se ha desarrollado un suelo artificial (tecnosuelo) a partir de residuos, con capacidad para regenerar áreas mineras degradadas de Riotinto, y que abre nuevas vías de investigación para modificar la superficie de Marte y hacerla más habitable.

Para estudiar cómo podrían crecer las plantas en la superficie de Marte, los científicos buscan en la Tierra suelos con características similares. Uno de estos lugares es Minas de Riotinto, donde las plantas tampoco lo tienen fácil debido a la acidez del suelo, la falta de nutrientes y la presencia de metales tóxicos.

Para abordar este desafío y crear un ambiente favorable para la vegetación, hemos creado un suelo artificial denominado tecnosuelo. Este sustrato se elabora con residuos no peligrosos y se mezcla con el suelo minero en proporciones determinadas para mejorar las condiciones medioambientales.
Para evaluar la eficacia del tecnosuelo y su capacidad para promover el crecimiento de las plantas, se realizó un experimento en macetas con mostaza india. Durante cuatro meses se observó que el tratamiento consiguió neutralizar la acidez, reducir la concentración de metales pesados a niveles seguros para el medio ambiente y proporcionar nutrientes esenciales, lo que permitió el desarrollo de la planta.

Lo más fascinante de este avance es que los tecnosuelos no solo pueden regenerar áreas mineras degradadas en la Tierra, sino que también abren nuevas oportunidades para transformar la superficie marciana, acercándonos a la posibilidad de hacerla más habitable en el futuro.