Cristina Aparicio Moreno
Consejo Superior de Investigaciones Científicas
Alimentación y Salud.
Grupo de investigación
Nutrición Celular y Molecular.
Sobre mí
En 2016 empecé a estudiar el Grado en Biotecnología en la Universidad de Cádiz. Al acabar el grado, en pleno comienzo de la pandemia, yo sabía que lo que quería era seguir aprendiendo cosas del laboratorio, que era donde me gustaba estar y trabajar, pero, con la situación de confinamiento que teníamos, si realizaba un máster (que es lo que tenía pensado hasta que todos nos paralizamos con el COVID-19) no me podían garantizar que pudiera ser presencial y, por tanto, no sabía si iba a poder entrar en un laboratorio y continuar lo que más me interesaba sobre mi formación. Por eso, investigando otras opciones, encontré las oposiciones a los Organismos Públicos de Investigación, que empecé a preparar en 2022, cuando terminé el Grado, y aprobé al año siguiente. Tras esto, me incorporé al Instituto de la Grasa (IG) a trabajar en la Unidad de Análisis al Exterior, en concreto en el Laboratorio Físico-Químico y en el Laboratorio de Almazara. Posteriormente, en 2023, continué con lo que tenía pensado hacer: el máster, en concreto el Máster en Biotecnología Ambiental, Industrial y Alimentaria de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), mientras lo compatibilizaba con el trabajo en el IG. Actualmente, sigo en el IG, pero en el departamento de Alimentación y Salud, colaborando con el grupo de “Nutrición Celular y Molecular”.
Líneas de investigación
Investigo cómo las grasas que ingerimos a través de la dieta influyen en el funcionamiento de las células madre sanguíneas ubicadas en la médula ósea, el tejido interno de los huesos donde se producen los glóbulos rojos y blancos. Nuestro trabajo se centra en entender cómo diferentes tipos de lípidos, como el ácido oleico (presente en el aceite de oliva) y el ácido palmítico (encontrado en la mantequilla), modulan el microambiente de la médula ósea, particularmente a través de los adipocitos, células que almacenan lípidos y regulan el entorno de las células madre. Nuestro objetivo es comprender mejor cómo lo que comemos afecta a nuestra sangre y, en el futuro, usar este conocimiento para mejorar la salud a través de la dieta.
Vocación
Desde muy niña, me encantaban, entre otras cosas, los animales. Pasaba horas observando todos los que me encontraba y jugando con mis juguetes de animales. También me preguntaba mucho por qué volaban de cierta manera, cómo sabían construir nidos o por qué sus colores variaban. Mis padres, a veces desesperados por mis interminables “¿por qué?”, me regalaban libros y libros del “por qué de las cosas”. Esas páginas llenas de respuestas, y aún más preguntas, encendieron mi curiosidad por el mundo. En el colegio, sentía que las asignaturas de Biología y Química explicaban muchas de estas cosas y los pequeños experimentos que hacíamos en el laboratorio del Instituto eran para mí una aventura. Sigo en la ciencia porque trabajar en el laboratorio es como resolver un rompecabezas infinito; cada día trae un resultado nuevo, una pregunta nueva, y la emoción de estar cada día un poquito más entender algo que podría cambiar cómo vemos el mundo.
Deseo científico
Mi deseo científico es que la divulgación científica crezca y llegue a todos, haciendo que la ciencia sea clara, accesible y emocionante, para que más personas se sientan inspiradas a explorar, entender y contribuir al avance del conocimiento.