Entre las características que podrían considerarse exclusivamente humanas se encuentran el uso extensivo de herramientas, un lenguaje simbólico complejo, la autoconciencia, la moralidad y un asombroso proceso de evolución cultural. Desde el punto de vista de la genética y la paleogenética, somos una combinación de características biológicas, evolutivas y genéticas únicas que se han desarrollado a lo largo de millones de años. Compartimos gran parte de nuestro ADN con otros primates (un 99% con los chimpancés), pequeñas diferencias en la secuencia de nuestro genoma marcan una gran diferencia en términos de características físicas y capacidades cognitivas.

Los hallazgos de ADN de fósiles como los de los neandertales y los denisovanos han revelado que hubo cruces entre estos grupos y los humanos modernos, contribuyendo a nuestra variabilidad genética actual. Lo que nos hace humanos desde la perspectiva de la genética y la paleogenética es una mezcla de la secuencia de ADN de nuestro genoma, adaptaciones evolutivas, la capacidad de desarrollo cognitivo y cultural, y la interacción entre nuestra biología y el ambiente a lo largo del tiempo. Estas disciplinas continúan revelando detalles fascinantes sobre nuestra identidad y evolución como especie.