27/09/2024 18:00
Consistirá en un taller de sensibilización sobre la importancia del suelo para la vida en el planeta y el impacto —positivo o negativo— que nuestras acciones pueden provocar en sus dinámicas de regeneración, en particular el vertido incontrolado de residuos. Comenzaremos trabajando la noción del “suelo como un organismo viviente” mediante el visionado de un vídeo o la exhibición de láminas didácticas. Continuaremos con una actividad de clasificación de nuestros propios residuos, valorando su impacto en el suelo según su potencial para contaminarlo o degradarlo, y cuánto tiempo tarda en descomponerse. Por último, desarrollaremos un mini-taller de compostaje de residuos sólidos domésticos en el que niños/as conocerán el paso a paso y los consejos básicos para la obtención de un buen compost a partir de los propios residuos del hogar. Cada participante se llevará una plantita pequeña sembrada en compost orgánico, junto a una tarjeta con la información más relevante.
Grupo/Departamento de investigación:
Departamento de Didáctica
Participan:
Natalia del Pino Brunet
Valor que aporta la investigación:
a) Interpretar la noción de suelo desde una perspectiva dinámica, conociendo los procesos naturales que en él se desarrollan, el tiempo que requieren, su fragilidad/vulnerabilidad y las potenciales consecuencias de una acción humana irresponsable, son una estrategia eficaz para llevar la sensibilización ambiental sobre esta problemática al siguiente nivel. b) Tomar consciencia sobre los residuos que generamos y su mayor o menor potencial para reintegrarse a los ciclos de la materia y la energía en función de su capacidad de degradación, su composición y su poder contaminante, promueve la responsabilidad social sobre el problema y constituye un estímulo para ponernos en acción. c) Si a estos ingredientes le sumamos una experiencia práctica, en la que de modo concreto niños/as, y también adultos, conozcan alguna alternativa para afrontar en primera persona al menos una parte del problema, estaremos fomentando una ciudadanía activa y comprometida, que no sólo replique estas buenas prácticas sino que empiece pensar en estos términos y a idear con el tiempo, alternativas aún más eficaces y beneficiosas.
