Las almunias (del árabe munya) eran fincas rurales cuyos propietarios formaban parte de las élites urbanas más acaudaladas. Las más conocidas y monumentales estuvieron vinculadas a los soberanos musulmanes, sus familiares y a grandes dignatarios de la corte. Aunque habitualmente se establecían en las proximidades de los núcleos urbanos, para facilitar el desplazamiento desde la residencia habitual, su contexto era semi-rural, ya que las construcciones de las almunias estaban rodeadas de extensos jardines y fincas agrícolas, desenvolviéndose en ellas dos tipos de actividades: una, eminentemente productiva, y otra de solaz y disfrute, dotando a sus dueños de grandes beneficios económicos y prestigio.

La Almunia del Chapiz es una de las fincas nazaríes más relevantes y desconocidas. Situada en las inmediaciones del Albaicín, lo que se conserva de ella es una superficie de 2,58 ha, organizada en cuatro terrazas escalonadas cuyo ritmo es muy similar al presente en la Huerta Grande del Generalife. En esta visita exploraremos la historia y las huellas de esta almunia y explicaremos cómo fue su gran muro de contención, sus estanques y el palacio que lo presidía, hasta llegar a la actual Casa del Chapiz, que desde 1932 acoge la Escuela de Estudios Árabes (CSIC).