Pablo Pastora Estébanez
Universidad de Málaga
Departamento de Periodismo de la Universidad de Málaga
Sobre mí
Doctorando FPI en Educación y Comunicación Social en la Universidad de Málaga. Graduado en Sociología (Universidad de Granada) y máster en Sociología Aplicada (Universidad de Málaga). Ha trabajado como investigador en el proyecto andaluz “Impacto de la desinformación en Andalucía: Análisis transversal de las audiencias y las rutinas y agendas periodísticas (Desinfoand)”. Actualmente es contratado FPI en el proyecto nacional “Aplicaciones periodísticas de la IA para reducir la desinformación: tendencias, usos y percepciones de profesionales y audiencias (DESINFOPERIA)”. Sus líneas de investigación están centradas en el estudio de la desinformación, inteligencia artificial y su impacto en el periodismo y las audiencias, polarización y teorías de la conspiración, abordando estos temas desde una perspectiva de la sociología computacional, que integra el análisis de datos y modelos computacionales para entender fenómenos sociales complejos.
Líneas de investigación
Desinformación e inteligencia artificial en comunicación
Resultados destacables
Entre los resultados destacamos: el 21,4% de la población andaluza utiliza la IAG para buscar información y noticias, considerándola muy fiable el 42,5%; el 53,9% valora negativamente utilizarla para redactar noticias; una amplia mayoría considera que la IAG facilita la producción y distribución de noticias falsas, estando los andaluces más divididos en cuanto a su utilidad para desenmascarar bulos; la opinión pública destaca el papel de la Unión Europea para regular la IAG, mientras que en el caso de combatir la desinformación se destacan los medios de comunicación y el gobierno español. Las diferencias por sexo, edad y nivel educativo muestran que quienes están más familiarizados con ella tienen en general una visión más positiva de la misma.
Vocación
Me acerqué a la ciencia a través de la sociología, impulsado por el interés por entender cómo se configura la opinión pública y cómo circula la información en contextos sociales cada vez más mediados por la tecnología. En los últimos años, este interés se ha concretado en el estudio de la desinformación, la polarización y el impacto de la inteligencia artificial en los procesos comunicativos y democráticos.
Sigo en la investigación porque encuentro en ella una forma estructurada y crítica de abordar problemas contemporáneos complejos. Las transformaciones tecnológicas, especialmente las vinculadas a los modelos generativos de IA, están alterando no solo el ecosistema mediático, sino también las formas en que se construye la verdad, se negocian las certezas y se configuran los conflictos sociales.
Investigar estos procesos me permite aportar conocimiento empíricamente fundamentado y teóricamente sólido a un debate público que, muchas veces, se desarrolla con escasa evidencia.
Más que una vocación abstracta, mi permanencia en la ciencia responde a un compromiso con la producción de conocimiento útil y a la posibilidad de intervenir, desde la investigación, en espacios donde se definen narrativas, normas y marcos interpretativos que afectan directamente a la vida social.
Deseo científico
Que la investigación social tenga un papel central en el análisis crítico de los procesos de transformación tecnológica. En particular, deseo que podamos entender mejor cómo la inteligencia artificial y la desinformación no solo afectan al acceso a la información, sino también a la forma en que se construyen identidades, se configuran los conflictos sociales y se erosionan —o refuerzan— las bases de la convivencia democrática. Mi deseo científico es contribuir a ese campo desde una sociología empíricamente rigurosa, teóricamente informada y políticamente consciente, que no se limite a describir fenómenos, sino que los contextualice, los cuestione y proponga alternativas.