Fotografía de Manuel P. Jiménez García
Biología | Málaga

Manuel P. Jiménez García

Instituto de Biomedicina

Departamento

Área de trabajo: oncología molecular y celular.


Grupo de investigación

  • Grupo de Biología Molecular del Cáncer
  • Investigador principal: Amancio Carnero Moya (científico titular del CSIC)
  • Centro: Instituto de Biomedicina de Sevilla

IBiS, https://www.ibis-sevilla.es/investigacion/oncohematologia-y-genetica/biologia-molecular-del-cancer/carnero-moya-amancio.aspx

El IBiS es un centro mixto que conforma un edificio dentro del área sanitaria del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla: 25% CSIC, 25%  Universidad  de Sevilla y un 50% Junta de Andalucía.

Sobre mí

Soy Manu Jiménez, malagueño de 31 años. Desde pequeño siempre tuve la necesidad de saber los porqués detrás de cualquier curiosidad de la naturaleza. En la adolescencia, me enfrenté por primera vez al significado de la palabra cáncer con la partida de la mejor amiga de mi madre. Este hecho marcó lo que sería mi vocación actual, que es contribuir en la medida de lo posible a la investigación del cáncer desde sus bases biológicas. Por ello, cursé la licenciatura en Biología, me especialicé en Biomedicina algún máster e hice el doctorado centrado en la búsqueda de nuevos genes supresores de tumores en tumores agresivos y de menor prevalencia en la población, los sarcomas. Actualmente, se podría decir que he caracterizado dos genes candidatos para el establecimiento del pronóstico y la evolución de la enfermedad de determinados pacientes de sarcoma y otros tumores. Estos genes funcionan como una “bola de cristal”, donde en una elevada probabilidad, predicen la evolución del tumor y pueden ayudar en la elección de los posibles tratamientos. Sin embargo, aunque estos hallazgos parezcan muy relevantes, aún queda mucho trabajo de investigación pre-clínica y clínica para poder desarrollar herramientas de pronóstico efectivas que permitan un diagnóstico personalizado de cada sarcoma y que además, pueda ser extrapolable a cada tumor.

Líneas de investigación

Mi vida científica se ha centrado en varios proyectos que tienen que ver directamente con el estudio de nuevos genes implicados en los procesos de iniciación y progresión oncológica. La idea de partida siempre era la misma: hacer un barrido bioinformático en bases de datos genómicas de pacientes de diferentes tipos tumorales en conjunto con la bibliografía, encontrando potenciales genes candidatos que pudieran tener una mayor contribución en alguna de las partes del proceso tumoral. De esta manera, los genes pueden comportarse como “supresores tumorales” u “oncogenes”, y adicionalmente, intervenir en diferentes fases o solo en alguna de ellas, pero dicha actuación ser crítica para el desarrollo o destrucción del tumor. A continuación, haré una breve reseña de cada uno de estos trabajos en los que he participado como investigador principal:

– Caracterización de los genes EMX1 y EMX2 como nuevos genes supresores de tumores en sarcoma. Desde un punto de vista in vitro en líneas celulares primarias humanas, e in vivo, con modelos murinos. Los genes EMX1/2 actúan como genes supresores de tumores, de manera que cuando se pierde su expresión y se dan otros condicionantes oncogénicos a nivel genético, se inicia el tumor a partir de las células madre del tejido, que evolucionan en células madre del cáncer. Finalmente, el tumor generalmente va asociado a un peor pronóstico.

Caracterización de los oncogenes PIM1 y PIM2 en la iniciación y progresión tumoral de tumores de mama y genitourinarios (ovario, útero, próstata y testículo). En estos trabajos, se confirma en modelos murinos modificados genéticamente como los genes PIM1/2 tienen potencial oncogénico en contribuir a la malignidad tumoral de los tumores de mama y genitourinarios.

Resultados destacables

El resultado más destacable de mis investigaciones fue establecer la causa-efecto de los genes supresores de tumores EMX1/2 con respecto a los sarcomas. Se comprobó que las vías de actuación de estos genes son a través de la reducción de la expresión de los genes que controlan las células madre y las células madre del cáncer y adicionalmente, regula negativamente una de las vías más conservadas en cáncer: la vía de WNT. De esta manera, se comprueba que los genes EMX regulan a nivel transcripcional otros genes diana y otros programas genéticos en pro de una fisiología celular normal, de manera que su ausencia o pérdida contribuye a una mayor malignidad tumoral.

Vocación

Pues llegué con una gran vocación científica, desde antes de cursar la licenciatura en Biología. Tenía claro que quería contribuir al área de la Biomedicina y en concreto, a la Oncología, pero desde un punto de vista diferente. Muchas veces se asocia la investigación biomédica, pre-clínica, clínica y los ensayos clínicos al colectivo médico. Y son esenciales en el proceso, pero la mayor parte del personal implicado son doctores, doctorandos y técnicos superiores de estudios científicos: Biología, Bioquímica, Biomedicina, Farmacia, etc.

Actualmente, tras estar 10 años investigando, finalizar una estancia en el hospital Monte Sinaí de Nueva York y una breve etapa postdoctoral en el grupo donde hice la tesis, me dedico a la ciencia desde dos puntos de vista diferentes: el docente y el farmacéutico. En cuanto al primero, considero que la docencia en los niveles de formación profesional superior y universitario, compone un pilar fundamental para la captación y formación de nuevos científicos, y creo que podría aportar mi granito de arena. Adicionalmente, trabajo como responsable médico-científico de una nueva farmacéutica dedicada a nuevos tratamientos antitumorales en cáncer y enfermedades neurodegenerativas. Supone trabajar desde un prisma más aplicado y real, mano a mano con los nuevos tratamientos que pueden salir de un ensayo clínico. De manera, que actualmente no me dedico a la investigación básica o pre-clínica como en los pasados 10 años, pero no descarto volver. El motor que me hace seguir, es repetirme a mí mismo: “nunca es tarde para reinventarse”.

Deseo científico

Regular las distintas figuras científicas en este país y conseguir unas condiciones laborales dignas. Lamentablemente, la investigación científica, sobre todo la pre-clinica está muy mal pagada y regulada. Con jornadas laborales que sobre el papel son de 8 horas y la realidad puede suponer casi el doble, incluyendo festivos. Se asume que la ciencia es un mundo muy competitivo, pero considero que todo podría regularse para, al menos, siempre tener una conciliación familiar y salud mental. A fin de cuentas, los científicos nos nutrimos de nuevas ideas que pueden cambiar el mundo.

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