Juan García Única
Didáctica de la Lengua y la Literatura Españolas
Literatura Española
Grupo de investigación
Cultura Escrita Oral y Mediática (CEOM)
Sobre mí
Granada (1979). Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Granada (2002) y Doctor en Literatura Española por la misma institución (2008). He trabajado, además de en la Universidad de Granada, donde actualmente ejerzo la docencia en el Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura, en la Universidad de Jaén y en la Universidad de Almería. También he tenido la oportunidad de participar en algunos cursos en universidades extranjeras como Birmingham, Brno o Buenos Aires.
Líneas de investigación
Didáctica de la Literatura Española
Literatura Española Medieval
Literatura Española del Siglo de Oro
Resultados destacables
En el mundo académico hay una suerte de regla no escrita, pero sensata, según la cual, en un campo científico determinado, la única opinión que está por encima de la de un doctor es la opinión de dos doctores. Quizá por esa razón me resulta imposible responder a esta pregunta, en tanto lo más destacable de mis investigaciones espero sean capaces de calibrarlo con más justicia que yo precisamente quienes también pueden señalar lo menos destacable, esto es, mis colegas. Dicho lo cual, y aunque mi parecer en este punto sea el menos valioso que se me ocurre, creo que he contribuido modestamente, pero en absoluto solo, a un mejor conocimiento de nuestra poesía del Medievo, lo que es como decir que he ayudado en la medida de mis posibilidades a poner de manifiesto la complejidad misma del acto de leer, buscando siempre aquellas formas «otras» de la lectura que han existido históricamente.
Vocación
A la investigación, término que prefiero al de ciencia, mentiría si no admitiese que por el mero deseo de saber unido a una buena dosis de casualidad y necesidad. Cuando me licencié en Filología Hispánica me presenté sin demasiado convencimiento, pero movido por el imperativo de ganarme la vida, a una beca de investigación que era en verdad un plan B, pues mi objetivo siempre fue ser docente. El caso es que la obtuve y, desde entonces, no sin algunas dificultades, sigo investigando y enseñando a sabiendas de que la mezcla de esas dos cosas se ha convertido en mi forma de vida. No siempre en mi medio de vida, pero un medio de vida es en buena parte azaroso y una forma de vida no. Esta última se elige y se asume, con lo bueno y lo malo que tiene, y yo creo sinceramente que la que puede concebirse en torno a la investigación en humanidades no es ni mucho menos indigna.
Deseo científico
He de mostrarme conservador en este punto, pues sobre todo me gustaría que, en el ámbito específico de la Universidad, que es el que yo conozco, la escisión que se vislumbra en el horizonte entre docencia e investigación no se llegase a consumar del todo nunca. Me siento particularmente orgulloso cuando puedo decir –y cada vez puedo menos– que mis investigaciones acaban en mis clases y mis clases propician mis investigaciones. Como deseo científico me pido el que parece menos puramente científico, aunque no sé si todo el mundo lo va a entender: que en el aula ocurran cosas. Ese ajetreo sería, en el fondo, señal de que se está trabajando con sosiego fuera de ella.