Antonio Daponte Codina

Grupo de investigación

Salud ambiental, desigualdades sociales y de género en salud, epidemiologia social y ambiental, protección de la salud, entorno urbano y salud

Sobre mí

Nacido en Vigo, y granadino desde hace 23 años. Médico por la Universidad de Santiago de Compostela, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, Master en Salud Pública por la Universidad de California en Berkeley, y Doctor en Salud Pública por la Universidad Johns Hopkins. Profesor de la EASP, director del OSMAN, y también coordinador del Programa de investigación sobre determinantes sociales y salud, del CIBER de Epidemiología y Salud Pública, del Instituto de Salud Carlos III.

Líneas de investigación

Salud ambiental, desigualdades sociales y de género en salud, epidemiologia social y ambiental, protección de la salud, entorno urbano y salud

Resultados destacables

Las características y condiciones físicas y sociales del lugar donde viven las personas determinan en alto grado su nivel de salud y su longevidad

Vocación

Mi profesión, médico, implica la voluntad de mejorar la salud de la gente. Una forma muy eficaz y con éxito evidente es hacerlo a través de acciones colectivas, que ayuden a proteger y promover la salud de toda la población. Para ello, como primer paso, es imprescindible identificar y evaluar la magnitud de los riesgos para la salud, a los que están sometidas las personas a lo largo de su vida diaria. Actualmente, este es un proceso de base científica, que obliga a adoptar abordajes multidisciplinares e innovar de forma continua en métodos, técnicas y tecnologías. Los resultados de esa investigación deben ser llevadas y transformadas en acciones sobre la sociedad. Esas acciones deben tener como principio la reducción de las desigualdades sociales, de género, raza o etnia, o territoriales que existen en la sociedad en la que vivimos. La evidencia muestra que en sociedades como la nuestra no es posible progresar en salud sin reducir sustancialmente estas desigualdades.

Deseo científico

Que la evidencia científica disponible, se utilizase para adoptar políticas y acciones para proteger y mejorar la calidad de vida y la salud de la gente. Y específicamente, el conocimiento científico disponible sobre el impacto que las desigualdades sociales y de género tienen en la salud de la población.