Ana María González Ortega

Grupo de investigación

Servicio de Producción y Experimentación animal

Sobre mí

Nací en Sevilla en 1982 y desde niña me gustaba mucho la enseñanza y la ciencia, especialmente todo lo que tenía que ver con los animales y plantas y es por ello que decidí estudiar Biología. Mis prácticas de laboratorio en la carrera fueron las que me empujaron a conocer más sobre el mundo animal y celular, la ciencia y los laboratorios. Al poco de terminar, comencé en un laboratorio de investigación y me entusiasmaba trabajar con células y animales…y a partir de ahí encaminé mi línea de trabajo y el continuo aprendizaje en animal de laboratorio y su entorno. Llevó 12 años dedicándome a ello en el Servicio de Producción y Experimentación animal junto a mi compañera y amiga Cristina Pichardo.

Líneas de investigación

Inicialmente la línea de trabajo que llevaba era neurooncologia. Después de realizar mi tesis, me dediqué a modelos animales, bienestar animal y cumplimiento de las 3R´s

Resultados destacables

En estos últimos doce años dedicado al mundo del animal de laboratorio, el resultado más interesante es trasmitir e incorporar en nuestro centro el concepto de las 3Rs (reemplazo, reducción y refinamiento) en el uso de animales para la investigación biomédica, contribuyendo al bienestar animal y en especial a obtener unos mejores resultados en las líneas de trabajo de nuestro centro.

Vocación

Una vez finalizada mi carrera de biología, realicé un curso de técnicas microbiológicas, donde conocí a dos profesoras investigadoras y ellas me comentaron que en el Hospital Virgen del Rocío buscaban personal investigador para sus líneas de trabajo, y fue el momento de conocer y adentrarme en aquello que siempre me había gustado. A partir de entonces, mi mundo laboral se centra en la investigación biomédica, los laboratorios y especialmente el animal de laboratorio. Y sigo con ese entusiasmo y ganas de conocer y descubrir todo sobre ellos (su biología, su bienestar, su comportamiento etc)

Deseo científico

Que la calidad de vida sea lo mejor posible con soluciones definitivas para cualquier enfermedad humana y de esa manera el animal de laboratorio dejaría de ser imprescindible en la investigación biomédica.