Adrián Serrano Pérez

Grupo de investigación

AGR-209. Fisiología de la Postcosecha en Frutos

Sobre mí

Aunque nací en A Rúa (Ourense), he pasado la mayor parte de mi vida en Andújar, una ciudad jiennense profundamente marcada por la agricultura. Vengo de una familia de agricultores, y desde pequeño me inculcaron el valor y la importancia que tiene la agricultura en la sociedad.

Estudié Biotecnología en la Universidad de Granada, con mención en Biotecnología Industrial. Durante el grado, tuve la suerte de realizar prácticas en el centro IFAPA de La Mojonera (Almería), en el Departamento de Mejora Vegetal y Biotecnología, una experiencia que reforzó mi compromiso con la investigación agrícola. Actualmente, disfruto de una Beca de Colaboración en el Departamento de Fisiología Vegetal de la UGR, donde trabajo con extractos vegetales y nanopartículas de selenio para ayudar a que cultivos como el olivo o la lechuga resistan mejor el estrés abiótico.

Líneas de investigación

Estrategias para mejorar la tolerancia a estrés abiótico en plantas de interés agronómico

Resultados destacables

Comprobar el potencial de extractos vegetales y de nanopartículas de selenio para mejorar la resistencia al estrés abiótico en cultivos como el olivo y la lechuga, como una estrategia sostenible para aumentar la resiliencia vegetal.

Vocación

Mi interés por la ciencia comenzó desde muy joven, pero fue durante los Campus Científicos de Verano cuando descubrí mi verdadera vocación. Tuve la oportunidad de participar en un proyecto en la Universidad de Jaén centrado en el estudio de bacterias probióticas presentes en aceitunas de mesa, una experiencia que despertó en mí una profunda curiosidad por la Biotecnología. Esta pasión me llevó a estudiar el grado, donde conseguí una Beca de Colaboración en el Departamento de Fisiología Vegetal. Desde entonces, no he dejado de aprender, y continúo en este camino por la posibilidad de crecer con cada nuevo desafío y por el dinamismo que implica descubrir siempre algo nuevo.

Deseo científico

Mi deseo científico es contribuir a una agricultura más sostenible, resiliente y adaptada a los desafíos del cambio climático.