Valor que aporta la investigación:

En nuestras vidas cotidianas estamos en contacto directo o indirecto con los minerales, desde algo simple que aporta sabor a la comida como es la sal, conocida en el mundo de las ciencias como halita, pasando por el color de nuestra ropa aportado por tintes naturales que proceden de minerales (como el azul lapislázuli), hasta elementos más complejos desde el punto de vista tecnológico, como las baterías de litio de los coches eléctricos, litio procedente de menas como la espodumena (mineral silicato rico en litio). Reconocer minerales es fundamental para entender la calidad de vida que llevamos actualmente, y determinará el futuro tecnológico y social ante las adversidades del incipiente cambio climático. Por otro lado, forman una gran parte del patrimonio como elemento cultural, tanto por su indudable importancia en el desarrollo histórico de la humanidad, como por su inmenso rango de características diversas que les aporta a algunos minerales una belleza singular, hasta proporcionales el valor de gemas. Por todo ello, merecen ser reconocidos y expuesto en este tipo de museos donde además adquieren una figura de protección y reconocimiento que se merecen.