Según García-Pinillos, López-Chávez y Pelegrín-Martín (2019) la altura y la envergadura del nadador/a, así como la longitud de las extremidades superiores e inferiores, desempeñan un papel importante en el rendimiento de la velocidad en natación. Estas características permiten un mayor deslizamiento por cada brazada y, en consecuencia, una mayor velocidad de nado (Arellano & González-Badillo, 2014). Esta mayor velocidad también puede deberse a que un cuerpo con menor porcentaje de grasa ofrece una menor resistencia al agua, lo que permite al nadador/a desplazarse con mayor facilidad (Figueiredo et al., 2017). Un nadador con un porcentaje de grasa corporal muy bajo, pero con poca masa muscular, podría no tener la potencia necesaria para realizar movimientos eficaces y así conseguir una mayor propulsión. Por lo tanto, según Figueiredo et al. (2017), encontrar un equilibrio entre un bajo porcentaje de grasa corporal y una masa muscular adecuada es fundamental para el éxito del nadador/a. En base a los antecedentes descritos, el principal objetivo del estudio consiste en analizar variables antropométricas y temporales en alumnado universitario en natación.