El agua en las ciudades inteligentes: una fuente de vida

La gestión del agua es un asunto complejo. En 2050 más de 6 billones de personas vivirán en las ciudades. En Europa, dos tercios de la población vivirá en áreas urbanas. La densificación constituye una amenaza para la calidad de vida en las ciudades, pero es también una oportunidad para el desarrollo económico como señala el Pacto verde europeo, recientemente presentado por la Comisión Europea, que fija en 260.000 millones EUR de inversión anual adicional el cumplimiento de los objetivos comunitarios en materia de clima y energía. El crecimiento urbano dificultará el acceso a los recursos esenciales (agua, comida, energía…). El cambio climático agravará los riesgos de padecer inundaciones, sequías, olas de calor, entre otros fenómenos extremos. Ante este panorama apocalíptico, es preciso emprender políticas de adaptación y mitigación que enfrenten estos problemas. En un mundo disruptivo y tecnológicamente avanzado, es posible alcanzar un mayor control y aprovechamiento de los recursos limitados. La implantación de soluciones tecnológicas nos sitúa en el umbral de eficiencia de un “etapa transformadora”, orientada a la consecución de objetivos ligados a la sostenibilidad ambiental y la mejora de la calidad de vida y el bienestar humano.