Descifrando la relación entre el cerebro, el intestino y el cáncer de mama

La melatonina está vinculada al cáncer de mama porque regula los niveles de estrógenos, teniendo propiedades antitumorales y su producción puede verse afectada por la exposición a luz artificial nocturna. Además, el desequilibrio de la microbiota influye en los niveles de estrógenos y promueve la producción de compuestos cancerígenos en el intestino, afectando al riesgo de cáncer de mama. 

La melatonina es una hormona producida por la glándula pineal en el cerebro, que se ha demostrado que tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antitumorales. Se ha descrito que mujeres que trabajan en turnos de noche, tienen un mayor riesgo de sufrir cáncer de mama. Esto es debido a que están expuestas a luz artificial por la noche, “artificial light at night” (ALAN), produciendo menores niveles de melatonina. Por lo tanto, alteraciones en los niveles de melatonina (disrupción o alteración circadiana), están relacionados con el riesgo de padecer cáncer de mama. 

Además, la melatonina también puede influir en el riesgo de cáncer de mama a través de su capacidad para regular los niveles de estrógenos en el cuerpo. Los estrógenos son el principal factor de riesgo para padecer esta enfermedad, ya que estimulan el crecimiento de las células de cáncer de mama. La melatonina inhibe la producción de estrógenos al interferir con la actividad de las enzimas implicadas en su síntesis en los tejidos periféricos. Además, la melatonina puede interactuar directamente con los receptores de estrógeno y reducir su actividad. 

Por otro lado, se ha demostrado que la melatonina puede afectar positivamente la composición de la microbiota intestinal y mejorar la integridad de la barrera intestinal. En concreto, la melatonina estimula la producción por parte de las bacterias intestinales de ácido butírico, un ácido graso de cadena corta que se ha asociado con la prevención del cáncer de mama. 

En cuanto a la microbiota intestinal, también puede influir en el riesgo de cáncer de mama. Un desequilibrio en la composición de la microbiota intestinal, conocido como disbiosis, puede promover la inflamación crónica y la producción de compuestos cancerígenos en el intestino. Además, algunos estudios sugieren que ciertas bacterias intestinales pueden influir en los niveles de estrógeno en el cuerpo, lo que puede afectar el riesgo de cáncer de mama. 

Por lo tanto, se cree que la melatonina y la microbiota intestinal pueden tener una acción conjunta beneficiosa sobre la prevención del cáncer de mama. La melatonina, por su parte, puede mejorar la composición de la microbiota intestinal y la producción de ácido butírico, mientras que la microbiota intestinal puede influir en los niveles de estrógeno y promover un ambiente intestinal saludable. 

Aunque se necesitan más estudios para comprender mejor la relación entre la melatonina, la microbiota intestinal y el cáncer de mama, estos hallazgos sugieren que la melatonina y la promoción de una microbiota intestinal saludable pueden ser importantes en la prevención del cáncer de mama.